Asociación Valeriana

Me quieres cuando tratas de perdonar.

EL MILAGRO.del baúl.

 

El nu

nca había sido un hombre creyente, hasta el punto de dudar de todo y de todos.

 

Quizás fuese por su azarosa vida llena de confusiones, desdenes, desgracias y no tener nunca a nadie que le hubiera inculcado el significado de valores, como  la compasión, la empatía el perdón y tantas cosas tan necesarias.

 

Lo cierto es que se sentía solo, abatido por el abandono de su mujer e hijo. Unas veces siempre pensaba el daño que le hubiesen hecho los demás, como otras que el fuese culpable de tanto infortunio hasta pensaba que mejor no haber nacido. En tal estado podría decirse que era un amargado total de esta como le llamaba miserable vida.

 

Llegaba pronto la Navidad, y en este estado casi odiaba estas fechas quizás por sentir la algarabía de los demás y la felicidad que emanaban.

 

Pensando en todo esto, recordó que de pequeño sus padres ponían cerca del balcón un par de zapatos para recibir algo que les hiciese ilusión. ¡ Qué tiempos aquellos que para el cómo niño tenía aún, no como ahora y cayó en la cuenta que sin ella es más dura la vida.

 

En este soliloquio recordó todo lo mal hecho como por ejemplo el no haber perdonado a un buen amigo, el orgullo que casi siempre estorba, le hizo no reflexionar  y hoy podría tenerlo a su lado… La falta de empatía de no saberse poner en el lugar de los otros y parecía como una película horrible.

 

 Su sufrimiento con esta mezcla de emociones, sentimientos de culpa y rencor a los que le habían hecho daño, no le dejaba vivir…

 

Por todo ello decidió esa Navidad poner de nuevo sus zapatos sin esperar nada, pero quizás con gran nostalgia.

 

Sin saber porque sintió gran nerviosismo en la víspera de Reyes.

 

Con miedo y gran expectación a la mañana siguiente, rápidamente fue a ver sus zapatos aunque la duda era mayor que la certeza

 

Solo encontró un pergamino que con grandes letras decía. LA PAZ SEA CONTIGO. De momento no comprendió nada, pero ahondando en el gran sentido de dichas palabras, se arrodilló y casi sin saber  lo que hacia dio las Gracias conmovido.

 

Esa noche comprobó el significado de la paz interior y supo que era junto a la salud la buena convivencia y no el dinero lo mas  preciado de este mundo. Desde ese momento vivió sosegado, sabiendo que todo era ya pasado y tomando nota de cuidar su autoestima, gozando de esa PAZ.

 

Y dejando divagar a nuestro protagonista, VALERIANA  os desea lo mejor para estas Fiestas y  el año 2018. Con un sin fín de cariño.

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